Diálogo entre Luz y Arquitectura.
Isaac Puertas
Lighting Designer
¿Qué es
la luz?
Podemos
definirla como la energía que nos permite ver el espacio que habitamos. Esto
nos lleva a tener en cuenta dos efectos:
·
Por
un lado uno de tipo práctico, la luz nos permite actuar y desarrollar
diferentes actividades en dichos espacios.
·
Otro
de tipo estético, la luz imprime al espacio un aspecto visual. Ambos efectos
nos llevan a contemplar la función práctica y estética de la luz.
El
diseñador de iluminación debe buscar el equilibrio de ambos aspectos a la hora
de afrontar un proyecto.
La
evolución de la iluminación arquitectural se ha debido, por un lado al
desarrollo tecnológico, aspecto estudiado por la luminotecnia y por otro a los
tratamientos expresivos de la luz, analizado por la luminoplastia.
Para
definir la iluminación nos basaremos en el análisis de una espacialidad
arquitectónica, que está en función de planos y o volúmenes (suelos, paredes,
techos), sus manifestaciones materiales (color, textura) y a la propia función
que cumple dicha espacialidad (tipología arquitectónica).
La luz y
el espacio son elementos que podemos relacionar dialécticamente; así la
espacialidad podemos considerarla como el resultado de la interacción de la luz
y el espacio.
En la mayoría
de proyectos arquitectónicos intervienen tanto la luz natural como la
artificial, pero vamos a centrarnos en esta última.
Por un
lado, la morfología de la luz nos permite definir el espacio en términos de
visualidad estética mediante sus factores morfológicos; cada uno de lo cuales
tiene una función en la composición visual: con la posición obtenemos
diferentes modos de claroscuro; con la intensidad creamos contrastes y centros
de atención; con el color provocaremos sensaciones, estados de ánimo; con la
difusión descubriremos texturas, y con el tamaño definimos la proporción del
espacio iluminado.
En los
diseños de iluminación elaborados es frecuente crear diferentes estados de
iluminación (escenas) de modo que la luz se adapte a diferentes necesidades de
uso, para ello nos serviremos de los distintos sistemas de control.
El diseño
de iluminación es el resultado de un proceso y en éste intervienen la
finalidad, que nos impone condiciones de trabajo y la creatividad, que nos
permite libertad; de esta manera consideraremos el diseño de iluminación como
un constante diálogo entre el resultado esperado y el proceso creativo.
Podemos
resumir el proceso de diseño de iluminación en tres pasos:
Recopilación
de información; aquí se determina que tipo de espacialidad debemos iluminar,
tipos de materiales que la componen, así como necesidades funcionales que deben
cumplirse.
Elaboración
del concepto de diseño; es decir el concepto de iluminación en términos de
morfología de la luz, que nos dará el equilibrio entre lo funcional y lo
expresivo.
Tecnología;
nos permitirá la manifestación correcta del concepto de iluminación; la
aplicación técnica en la espacialidad.
Aplicando
estos principios e ideas conseguiremos un óptimo resultado en el diseño de
iluminación aunando luz y arquitectura.